martes, 23 de febrero de 2010

Amargo como el vino del exiliado, como el Domingo del jubilado



El agua apaga el fuego,
y al ardor los años.
Amor se llama el juego
en el que un par de ciegos
juegan a hacerse daño.
Y cada vez peor, y cada vez más rotos
y cada vez más tú, y cada vez más yo
sin rastro de nosotros.




Amargo como el vino del exiliado,
como el Domingo del jubilado,
como una boda por lo civil,
macabro como el vientre de los misiles,
como un pájaro en un desfile,
así estoy yo, sin tí.
Más triste que un torero
al otro lado del telón de acero.
Así estoy yo, así estoy yo, sin tí.

1 comentario:

Adrianófanes dijo...

Amor se llama el juego en que dos extraños juegan a hacerse daño.

¡Es muy buena la idea!

(Y lo afirmo por más que quiera y necesite ser más optimista que Sabina!).

Saludos!!!